Identidad mexicana en un traje vivo: Bordados artesanales en el traje olímpico

Identidad mexicana en un traje vivo: Bordados artesanales en el traje olímpico

El trabajo invaluable de las mujeres originarias del Istmo de Tehuantepec

México es un país mega diverso. No solo se ve la riqueza en la naturaleza, sino especialmente en la historia de las poblaciones humanas. La cultura mexicana se despliega en múltiples aspectos de la vida en infinidad de muestras.

Un hermoso ejemplo de la heterogeneidad de nuestra identidad se encuentra en el Istmo de Tehuantepec. Ahí, entre los valles de Oaxaca, la Sierra y las costas istmeñas, quedan sólidos vestigios del pueblo zapoteco.

La etnia zapoteca es heredera de la antigua cultura zapoteca desarrollada en Mesoamérica por lo menos desde hace 9000 años. De alguna u otra manera, las formas de convivencia siguen vigentes y los descendientes actuales se han adaptado a los tiempos modernos.

Las mujeres tehuanas, originarias del Istmo de Tehuantepec en Oaxaca, son reflejo de esta antiquísima tradición cultural. En la etnia zapoteca la mujer tiene un rol predominante y lleva a cabo actividades esenciales. Es trabajadora, artesana, humana.

Para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, los mexicanos decidieron que los atletas portaran un traje con bordados artesanales elaborados por mujeres originarias del Istmo de Tehuantepec, pero ¿sabes cómo se lleva a cabo este proceso?

¿Cómo se forja un bordado verdaderamente artesanal?

El traje de gala para los Juegos Olímpicos se inspiró en los bordados del traje de tehuana y de los huipiles oaxaqueños.

Estas dos piezas de vestir son algunas de las más características de la región y se encuentran entre las más reconocidas y admiradas en el mundo entero por su belleza, comodidad y calidez.

Aguja. Hilo. Tradición. Creatividad.

El proceso de elaboración es arduo. Y todo inicia con diseñar las flores que estarán presentes en el resultado final. Este es el primer paso. Luego, se plasma en la tela el diseño escogido, se pasa a bastidores y se empieza a bordar.

Las mujeres retratan el paisaje colorido de su tierra sobre lienzos de terciopelo. Ellas bordan enormes flores nítidas y llenas de vitalidad. Matizan el color con hasta cuatro hilos distintos para crear un efecto degradado realmente sorprendente.

Ninguna flor es igual a la otra, todas son únicas e irrepetibles como cada ser humano, así definen su arte las mujeres del Istmo de Tehuantepec.

La técnica artesanal pasa de generación en generación, de familia en familia, enlazando la habilidad y la experiencia con el conocimiento ancestral de miles de mujeres zapotecas.

De la Idea al mundo real.

Sobresaliente es que el diseño de las flores no se repite. Como cada flor del extenso campo, que entre millones de flores florece única, así también florecen los bordados de las tehuanas oaxaqueñas. Su trabajo es exclusivo, mágico, eterno.

Las tehuanas oaxaqueñas utilizan grandes bastidores. Su hogar se transforma en taller. Algunas aseguran que entre más tenso se encuentre el lienzo, mejor cae la aguja y el hilo. Sin duda, ellas saben hacer un trabajo de innegable calidad.

La difícil labor suele tomar semanas, meses incluso. Pero el bordado final es sublime.

Del Istmo de Tehuantepec a la planta textil de Grupo Haber’s y High Life

Una vez que las mujeres tehuanas terminaron los floridos bordados, estos se trasladan a la fábrica de High Life ubicada en Santiago Tianguistenco en el Estado de México. Ahí se completa la adición del bordado en las solapas del traje de gala olímpico.

Hasta aquí una pequeña muestra del trabajo artístico que realizan las mujeres del Istmo de Tehuantepec. El bordado a mano es cultura valiosísima, pues en ellos las tehuanas oaxaqueñas representan las viejas enseñanzas de sus madres y abuelas,  las vívidas imágenes de su tierra y el inagotable poder de la creación humana.

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